EL JARDIN HUMANO
Julio 27 de 2024
Vamos a convertirnos en jardineros de nuestra propia persona y de nuestra vida, vamos a preparar, cuidar y mantener una siembra que dará únicamente los frutos que deseamos y esperamos.
Vamos a preparar nuestra tierra, limpiarla, ararla, oxigenarla, removerla... este movimiento puede parecer una revolución y en verdad lo es.
En este movimiento se removerá todo lo que no sirve, todo lo que puede echar a perder nuestra nueva siembra, todo lo que es basura y estorba... esto puede ser doloroso y causar alguna crisis, pero esto es buena señal, será el anuncio de un cambio definitivo, de raíz.
Para hacer una buena siembra, debemos de valernos de nuestra creatividad como principio, es decir, debemos hacer buen uso de los recursos que tenemos en este momento, aquí y ahora, sacar provecho de ello y expandirlo... multiplicarlo.
La magnitud de nuestro campo no importa, lo que importa es la creatividad del jardinero.
Prepara el terreno y disfruta del proceso. No te preocupes por el resultado final, tal vez no todas las semillas florezcan, pero una bastará para escribir la nueva historia.
En nuestro entorno, puede haber muchos terrenos en espera de ser preparados para la siembra:
El terreno familiar
El terreno trabajo
El terreno escuela
El terreno cuerpo
El terreno economía
El terreno mente
Cualquier terreno es bueno para empezar, pero eso sí, asegúrate de que sembrarás la semilla adecuada en el terreno que has elegido.
Ninguna semilla florecerá en el terreno equivocado o fuera de tiempo.
Todo jardinero es respetuoso de las estaciones y los ciclos, es poseedor de sabiduría y no sólo de conocimiento teórico. Debemos ser cuidadosos en la calidad de las semillas, debemos seleccionar sólo aquellas que deseamos, aquellas que nos proporcionen felicidad y alegría y que den frutos que procedan del amor.
La preparación del terreno, sembrar y cuidar de la siembra no es una tarea fácil, no es algo que se logre de la noche a la mañana, se trata de un trabajo continuo en donde la cosecha será la consecuencia final de nuestro esfuerzo, no es producto de la suerte o de un milagro inesperado es un proceso diseñado y construido con creatividad, inteligencia, paciencia, tenacidad y sobre todo, amor.
La siembra es compromiso y responsabilidad nuestra, es aquí donde terminan las excusas y explotamos los recursos con los que contamos, no nos detenemos porque nos faltan elementos, asumimos nuestra responsabilidad y lo hacemos con amor y entusiasmo, porque la realización se logra por el camino de la felicidad, no es sacrificio ni es luchar contra la corriente, esto debilita, es ir a favor de la Ley Divina y de nuestra propia esencia.
Siembra y elige las mejores semillas... hay tantas semillas como terrenos, sentimientos-semillas, personas-semillas, ideas-semillas...etc.
Elige escuchándote a ti mismo. ¿Hasta donde quieres llegar? ¿Qué vida quieres vivir?Es tu momento de elegir.